
El persa Ibn Sina (Avicena), uno de los maestros más importantes de la medicina medieval (fuente: Wikipedia).
Un compañero me contó la siguiente anécdota: al centro donde trabajamos llegó hace un tiempo un joven paquistaní para colaborar en un proyecto de investigación sobre el cáncer. El hombre vino acompañado de su esposa, vestida más o menos a la manera tradicional de por aquellos patios, y ambos fueron visitando las distintas dependencias del edificio junto con una persona que hacía de guía y que les iba presentando al personal. Cuando le tocó el turno a mi colega, éste le dio un apretón de manos al hombre, y viendo a la mujer un tanto recatada y cohibida, sin mediar palabra, pero con un deje de picardía, le plantó un beso en cada mejilla, como es costumbre en este país. Como era de esperar, la pareja dio contenidos pero visibles signos de encontrarse en una situación violentamente desacostumbrada para su modo de vida cotidiano, y con esos mimbres continuaron la visita.